La tendencia actual hacia reducir el tránsito de vehículos privados en el centro de las urbes es una realidad en España. Las ciudades tienen un espacio limitado en su superficie y esto ha provocado que se instauren limitaciones al tráfico rodado y se reduzcan las carreteras a favor de los peatones. Sin embargo, la minimización del espacio para los vehículos y la limitación de las plazas de aparcamiento sumado a la moda de los coches de grandes dimensiones, que cada vez son más anchos, comienza a suponer un riesgo para la habitabilidad, según los expertos.
«Autobesidad» es el término que hace referencia a un reto cada vez más extendido y que pesa sobre la movilidad en las ciudades. Esta palabra describe el problema potencial que supone el hecho de que los coches cada vez sean más grandes (SUV), “robando” un mayor espacio en las ya limitadas zonas de aparcamiento de las urbes y generando una mayor contaminación. Los coches son 1cm más anchos cada 2 años y los todoterrenos son cada vez más frecuentes en las zonas urbanas.
Esto por sí solo no representa un problema, explican los expertos en movilidad urbana de EasyPark, la aplicación de estacionamiento más utilizada en Europa, pero sí se convierte en un reto para la accesibilidad de los ciudadanos cuando, en un contexto en el que los coches siguen creciendo tanto en anchura como en longitud, las plazas de aparcamiento en superficie no se redimensionan para adaptarse al nuevo parque automovilístico. La anchura media de los coches nuevos ha aumentado de 177,8cm a 180,3cm (según una investigación de T&E).
Los coches son cada vez más grandes, y eso afecta a las ciudades. Si los automóviles tienen un mayor tamaño, pero no se ofrecen unas plazas de aparcamiento acorde a sus dimensiones, esto provoca que cada vez haya menos espacios disponibles para el estacionamiento y que las vías de circulación sean cada vez más estrechas en el corazón de las ciudades.
Laanchura media de los vehículos ha crecido 2,5cm en tan solo 5 años
Además, el mercado de los SUV representa casi la mitad (un 46%) de las ventas mundiales de automóviles, lo que significa que las ciudades tarde o temprano tendrán que tomar cartas en el asunto con esta cuestión. En París, por ejemplo, a principios de año los parisinos votaron a favor de cobrar a los conductores de SUV tarifas de estacionamiento más altas en comparación con los vehículos de menor tamaño. La tarifa tiene en cuenta el peso y el tamaño del vehículo. Esta medida no sólo sirve para gestionar el limitado espacio en la ciudad de París, sino también para atajar sus problemas de contaminación atmosférica causado por el predominio del tráfico motorizado.
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