La dieta de las proteínas para perder peso y adelgazar

Qué son las proteínas? Las proteínas son unos nutrientes que son adquiridos de los alimentos y que tienen asignadas un gran número de funciones en el organismo: formación de tejidos, transporte de vitaminas, formación de enzimas, hormonas y de anticuerpos para nuestra defensa ante organismos invasores. Las proteínas están formadas por aminoácidos que pueden ser fabricados por nuestro propio organismo y otros que tienen que ser adquiridos a través de los alimentos.

La dieta de las proteínas es muy famosa debido a que se consiguen resultados con facilidad y suelen ser permanentes. Como su nombre indica basa su éxito en un aumento de la ingesta de proteínas en la dieta, en detrimento de otros nutrientes, como los hidratos de carbono o las grasas. Es fácil de llevar a cabo porque no exige grandes esfuerzos ni preparaciones especiales y hay muchos alimentos que usamos a diario que son ricos en proteínas. Además reduce la sensación de hambre porque inhibe los receptores del apetito y aumenta el consumo calórico ya que metabolizar las proteínas gasta más calorías que otros nutrientes, por lo que el metabolismo basal (las calorías que gastamos sólo con hacer nuestra vida normal) se ve incrementado.

Si este tipo de dieta es elegido por una persona con una alimentación «normal» y «sana» no suele ser perjudicial, sobre todo si no se prolongan mucho en el tiempo. Las restricciones de hidratos de carbono pueden llegar a producir determinados efectos secundarios no deseados si se realizan durante demasiado tiempo: estreñimiento, dolor de cabeza, mal aliento y sobre todo problemas renales al eliminar los desechos del metabolismo de las proteínas.

Por supuesto la supervisión médica es muy recomendada, con analíticas y seguimientos, sobre todo si se padecen diabetes, enfermedades renales o cualquier otra afección crónica.

La dieta Dukan es un ejemplo de dieta hiperproteica. Esta dieta está estructurada en 4 fases: 2 fases de pérdida de peso (una de puesta en marcha en la que se adelgaza más rápidamente y otra fase hasta alcanzar nuestro objetivo) y otras dos para mantenernos (consolidación del peso objetivo logrado y mantenimiento a lo largo del tiempo). Es una estructura lógica y adaptada al consumo de proteínas que han otorgado gran fama a este método.

En qué consiste la dieta hiperproteica

Esta dieta es una de las más populares porque permite una pérdida de peso más o menos rápida sin demasiado esfuerzo y de forma duradera. También puede ser utilizada para ganar músculo por lo que es la elegida por muchos deportistas y famosos.

Consiste en la ingestión de alimentos ricos en proteínas como carnes y huevos y la ausencia de alimentos ricos en hidratos de carbono como la pasta. Los alimentos proteínicos tienen que ser bajos en grasa para limitar también este nutriente en la dieta. En este tipo de dieta se puede comer hasta saciarte, sin la condición de moderación de otras dietas. En ésta es incluso recomendado ingerir grandes cantidades de alimentos ricos en proteínas.

Al eliminar los carbohidratos de nuestra dieta el cuerpo tarda unos días en eliminar nuestras reservas, momento a partir del cual comienza a obtener la energía necesaria de las grasas acumuladas. Esto es debido a que la energía que más rápidamente se puede obtener procede de los hidratos de carbono y tras ellos de las grasas que, a pesar de ofrecer más energía por gramo, es obtenida con mayor lentitud. Las proteínas aportan mucha menos energía que las grasas por lo que son la última opción del organismo para obtener la energía necesaria. Además su asimilación es más lenta que otros nutrientes por lo que el metabolismo está activo durante más tiempo y se aumentan las calorías quedamas por este proceso.

Los alimentos aptos para este tipo de dietas son las carnes magras de pollo y pavo, los huevos, pescados como el salmón y el atún, quesos frescos y lácteos bajos en grasas… Las verduras permitidas son aquellas que son bajas en carbohidratos como las acelgas, espinacas, lechuga, zanahorias, tomates. Los altramuces son unas legumbres que contienen gran aporte de proteínas. También se recomiendan algunos frutos secos como las almendras y las nueces y frutas también bajas en hidratos como el limón y el aguacate. Es posible utilizar ciertos batidos de proteínas para complementar esta dieta, de forma que aumentamos la ingesta de éstas y además nos aseguramos de su procedencia, eso si, teniendo muy claro que sólo debe ser un complemento alimentario.

Los alimentos no aptos o no recomendados para esta dieta son aquellos ricos en hidratos de carbono como el pan, la pasta, el arroz, las legumbres, las patatas, por supuesto todos los dulces y la mayoría de las frutas. Tampoco están recomendados los alimentos procesados, aunque sean las famosas barritas de proteínas que muchas veces llevan más hidratos de carbono de los deseables. Por supuesto están contraindicados los fritos y los alimentos precocinados.

Es conveniente realizar 5 comidas al día con este tipo de dieta: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena, aumentando así el número de veces que se realizar el proceso de digestión con el incremento de calorías que ello conlleva. Cada una de esas comidas nos permite no llegar a la sensación de hambre extrema y el consiguiente atracón de comer de la comida siguiente. Las tres comidas fuertes siguen siendo el desayuno, la comida y la cena y las otras dos se pueden utlilizar para no llegar a la siguiente con un hambre voraz.

Al realizar tantas digestiones y del gasto calórico indicado más atrás, se puede producir un aumento de la temperatura corporal. Por eso es muy importante ingerir mucha agua y así contrarrestar ese aumento de temperatura y el riesgo de deshidratación.

Esta dieta es recomendable durante unas dos semanas y al limitar la cantidad de ciertos nutrientes debe estar siempre vigilada por un profesional de la nutrición para prevenir posibles problemas del hígado y de los riñones, los órganos que pueden acabar más afectados por el exceso de los aminoácidos procedentes de los alimentos ricos en proteínas.

También en contraposición a los beneficios de este tipo de dieta abusar de carnes rojas puede llevar a trastornos o enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de diabetes.

Scroll al inicio